La división entre norte y sur y entre los defensores de la austeridad y del crecimiento, junto a los efectos de los ajustes sobre la sociedad con niveles récord de desempleo han acrecentado las críticas de una Europa a dos velocidades.
La encuesta de Pew señala que la prolongada crisis económica ha creado "fuerzas centrífugas que están dividiendo a la opinión pública europea”. Esto se refleja en las divergencias entre Francia y Alemania, mientras que países como España, Italia y Grecia "están cada vez distanciados, como ha quedado demostrado con su frustración con Bruselas, Berlín y lo que se percibe como la injusticia del sistema económico”.
El sondeo Pew indica que, en general, las opiniones positivas sobre la UE se encuentran en su punto más bajo, o cerca de ese punto, en la mayoría de los países encuestados, incluso entre los más jóvenes, y que sólo en Alemania al menos la mitad apoya dar más autoridad a Bruselas para bregar con la crisis económica actual.
Así, el 75 % de los alemanes dijo estar contento con el estado de su economía, mientras que sólo el 9 % de los franceses, el 4 % de los españoles, el 3 % de los italianos, y el 1 % de los griegos consideraron que las economías en sus respectivos países están "bien".
El sondeo señala que España, Italia y Grecia han "sufrido enormemente" la desaceleración económica, lo que ha afectado severamente a la opinión pública en esos países del sur del continente: el 79 % de los españoles y el 72 % de los griegos creen que las condiciones económicas son "muy malas", en comparación con la media del 28 % para el resto de Europa.
Además, el 94 % de los griegos, el 84 % de los italianos, y el 69 % de los españoles se quejan de que la inflación también supone un reto "muy grande", en comparación con la media del 58 % en el resto del bloque.
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