Un joven licenciado en Derecho acude ilusionado a una entrevista de trabajo. Busca su primer empleo real a jornada completa, tras un contrato en prácticas. Todo va bien hasta que le comunican el salario previsto: 300 euros mensuales. Renuncia decepcionado, porque requiere dejar la ciudad donde sigue viviendo con sus padres y con ese dinero no le llega ni para un piso compartido.
Oferta difundida a través de Internet: se busca arquitecto superior para llevar la dirección del equipo de un estudio. Entre otros requisitos, se exige alto nivel de inglés y varios años de experiencia. Salario: de 16.000 a 24.000 euros anuales.
Cientos de periodistas tuitean estos días escandalizados otras ofertas que pululan por la Red, en busca de profesionales que estén dispuestos a escribir artículos de no menos de 800 caracteres sobre distintos temas por cantidades que oscilan entre 0,50 y 0,80 euros la pieza.
Son solo tres muestras escogidas al azar de una realidad inquietante. No solo el paro sigue subiendo, sino que el empleo que se ofrece está en demasiadas ocasiones por debajo del nivel de subsistencia.
Mientras tanto, las propuestas que se escuchan siguen centradas en nuevos recortes, que inexorablemente provocarán más desempleo.
O la tendencia empieza a cambiar en esta crucial semana europea o seguirá aumentando el número de jóvenes sobradamente preparados que ven como única salida la de tantas otras generaciones de gallegos: coger la maleta y buscarse la vida fuera.
Si eso ocurre, puede que cuando llegue la recuperación no tengamos capital humano para afrontarla.
Este articulo fue escrito en LA VOZ DE GALICIA, el dia 6 de diciembre de 2011, en la columna de opinión EL PUENTE por Alfredo Vara.
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