martes, 14 de mayo de 2013
UNA UNION EUROPEA ENFERMA
"Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho". Es la frase de uno de los padres fundadores de la Unión Europea. La cita del ministro francés de Exteriores, Robert Schuman, recogida en la declaración embrionaria de la Comunidad del Acero y el Carbón (CECA).
Pero 63 años después, esa solidaridad se ha resquebrajado. Los rescates de Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre, y la ayuda al sector bancario español, han puesto de manifiesto las diferencias entre un norte harto de pagar los “pecados” de los “despilfarradores” del sur. Y esa “solidaridad” ha tenido un precio que los ciudadanos de los países deudores pagan en forma de recortes y ajustes, cada vez más insoportables.
El Centro de Investigación Pew ha calificado a la Unión Europea de "hombre enfermo", una etiqueta originalmente atribuida al zar ruso Nicolás I al describir al Imperio Otomano a mediados del siglo XIX, y que se ha aplicado en distintas ocasiones en los últimos 15 años a Alemania, Italia, Portugal, Grecia y Francia. Estos son los cinco achaques de un diagnóstico preocupante.
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