La gran depresión del siglo XXI se destapó con esta cifra: 613.000 millones de dólares. Se corresponden con la deuda acumulada que llevó a la quiebra del banco de inversión norteamericano Lehman Brothers. Un hito del que se cumplen en septiembre cinco años. Un campanazo al que siguieron muchos más. Todos acompañados de una sucesión de números a diversa escala que marean y que se han ido conociendo y olvidando con rapidez, porque esta crisis es, también, la que más información ha suministrado de la historia.
El fabuloso tamaño (y extensión en el tiempo) de este crac económico ha contribuido a perder la perspectiva.
Desde los 11 billones (con b) de euros que adeudan los Gobiernos de la Unión Europea, hasta los miles de millones de rescates bancarios, beneficios de las grandes empresas españolas (sí, siguen ganando), de los recortes en políticas públicas para recortar el déficit (que también es otro guarismo)...
En contraste aparecen los raquíticos 19.000 euros anuales que perciben los gallegos de sueldo medio. O, más aún ridículo, los 10.000 de pensión media anual en Galicia. O los 8.700 que ganaría un trabajador en 12 meses si solo percibe el salario mínimo interprofesional.
Esa desproporción entre las cifras es la que aparece reflejada en el gráfico adjunto.
Una relación de números y sucesos que permiten comprobar como, por ejemplo, el rescate público a Bankia (del Estado y de Europa) multiplica por 20 el dinero adjudicado este año por el Gobierno para la dependencia. O como cada español tendría que comprometer todo su salario anual para liquidar la deuda pública del país. Son las curiosas matemáticas de una crisis desproporcionada que lleva a preguntarse: viendo las cifras, ¿es mucho, poco, o suficiente, un millón de euros? El interrogante tal vez lo podrían resolver mejor 144.600 españoles, los que tienen un patrimonio superior a esa cifra.
Publicado en La Voz de Galicia
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