Dos tragedias ferroviarias en la línea Sarmiento en un lapso de menos de un año y medio no es fruto de la casualidad, ni de la accción de "agentes destituyentes” Es directamente el fruto de la impericia, la ineficiencia, la ausencia de controles y una política de transporte sin planificación y destinada tapar con parches los serios problemas operativos de los trenes que requieren soluciones de fondo.
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