Convergencia de Izquierda en Proyecto Sur
Nacionalización total sin indemnización de YPF y todas las empresas petroleras
La presidenta Cristina Kirchner anunció la expropiación de 51% de las
acciones de YPF en manos de Repsol, tras veinte años de saqueo y
vaciamiento, cuando el país tiene que importar casi 10.000 millones de
combustibles, cuando falta la nafta como consecuencia del fracaso de
la política energética del menemismo y continuada por los gobiernos
radical y kirchnerista.
Argentina se convirtió en el único país del mundo que regaló el 100%
de su empresa petrolera y de gas. Néstor Kirchner dio un paso más al
imponer el ingreso a YPF de sus amigos de la familia Eskenazi, que
adquirieron 25% de las acciones sin poner un centavo.
En contra de lo
que sucede en todas las petroleras, REPSOL YPF repartió como
dividendos el 100% de sus ganancias y se llevó 15000 millones de
dólares, no hizo ninguna inversión, endeudó a la empresa y las
reservas cayeron a la mitad.
El gobierno de español de Mariano Rajoy respondió violentamente como
si estuviéramos en 1812, acompañado por el FMI, en defensa de REPSOL.
Pero REPSOL no es una empresa española: la mayoría accionaria es de
fondos de inversión extranjeros, y un 10% es de la mexicana PEMEX.
Tampoco dicen que durante doce años, la totalidad de las ganancias
mundiales de REPSOL vino de YPF.
Argentina tiene la obligación de recuperar YPF, así como las islas
Malvinas y todos los recursos que se han ido robando y saqueando desde
los años noventa. Los piratas de REPSOL no pueden esgrimir ni un solo
argumento legítimo en su defensa.
La consecuencia de las políticas entreguistas
Se llega a la expropiación parcial de YPF en una situación desastrosa
de la empresa. La privatización de YPF, como la de los ferrocarriles y
demás empresas estatales, provocó una decadencia de la infraestructura
productiva del país, como cualquier trabajador lo puede comprobar
todos los días.
Millones de desocupados, miles de pueblos destruidos,
un 40% de empleo en negro, y una degradación cada vez mayor de los
servicios como lo dejó en claro la tragedia de Once, y como pasó con
Aerolíneas Argentinas. Esta es la consecuencia de la desinversión y
del robo de los empresarios privados, que además han sido ampliamente
beneficiados y subsidiados por el Estado y del regalo a nuestros
recursos naturales como el oro y el agua a las multinacionales que
destruyen el medio ambiente.
La expropiación de YPF, total y sin indemnización, es una condición
necesaria para restablecer la soberanía nacional sobre los recursos
naturales y los servicios públicos y detener la degradación de la
infraestructura y la economía argentina.
La responsabilidad de los gobiernos peronistas, radicales y kirchneristas
La Presidenta no dijo que ella y su esposo apoyaron entusiastamente la
privatización de YPF y el paso a las provincias de los recursos del
suelo, ni dijo una sola palabra de la gravísima responsabilidad de
Néstor Kirchner y suya en esta degradación de la Argentina, de la cual
YPF es el mayor ejemplo.
De los trece años que lleva REPSOL en YPF, nueve han sido bajo
gobiernos kirchneristas, que garantizaron la continuidad de la
política menemista y le entregaron el 25% de la empresa a los amigos
Eskenazi, para lo cual aceptaron que la empresa repartiera todas las
utilidades, un caso único en el mundo.
Hasta el año pasado, Cristina
llamaba por su nombre al CEO de REPSOL y a Sebastián Eskenazi, el CEO
de YPF y los felicitaba.
Lo mismo debe decirse de los radicales, que durante el gobierno de de
la Rúa continuaron todas las políticas de Menem, en particular en
relación con YPF, y de los opositores como Mauricio Macri, que ahora
salen a oponerse por la derecha como uno de los grandes beneficiados
por las privatizaciones menemistas.
Cristina solo expropió las acciones que corresponden a REPSOL, dejando
intactas las acciones de los Eskenazi y de los demás inversores
privados.
Coloca como interventor a Julio de Vido, el responsable de
la política energética y de transporte de los últimos nueve años. Como
YPF solo tiene un tercio del mercado, el gobierno deja en pie los
negocios de la Shell y otras multinacionales, así como los de los
amigos del gobierno, como Bulgheroni y la Panamerican Energy, cuya
concesión fue prolongada por Néstor Kirchner treinta años más, y las
petroleras en manos de Lázaro Báez y Cristóbal López entre otros.
Lo más grave es que, a pesar de que REPSOL está quebrada, el gobierno
se dispone a pagar a los españoles con la plata de los trabajadores.
Alertamos que, con el fin de pagarle a los piratas de REPSOL, se
profundizará la crisis económica, echando mano de las reservas, de los
fondos de los jubilados, de la plata que tendría que destinarse para
renovar las redes ferroviarias, aumentar las asignaciones universales
por hijo, las jubilaciones, la salud, etc.
También denunciamos a la UCR, Macri, y a toda la oposición patronal,
que ahora salta a defender los intereses de los españoles por sobre
los intereses del pueblo argentino.
Denunciamos y nos oponemos a toda sanción internacional contra
Argentina y a toda medida de cualquier organismo internacional o del
gobierno de Mariano Rajoy, empeñado en imponer un brutal plan de
austeridad al pueblo español, mientras que habla como un virrey
colonial y defiende el saqueo de nuestras riquezas.
Por eso nos oponemos a la nueva empresa mixta y a todo pago a los
piratas españoles.
Como plantea Proyecto Sur en su Causa II, exigimos
la “nacionalización del petróleo, el gas, la gran minería y otros
recursos naturales estratégicos”, y exigimos que el subsuelo sea
considerado un dominio nacional, tal como fuera establecido en el
Artículo 40 de la Constitución de 1949. Esto implica que el Estado
nacional retome en un 100% el control de la producción petrolera y
gasífera, bajo control de los trabajadores, con un plan integral de
producción energética al servicio de los intereses del pueblo
argentino.
17 de Abril de 2012
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