NOS HAN MACHACADO PISOTEADO MALDECIDO MALTRATADO Y DEFRAUDADO YA TANTO, POR TODO EL MUNDO, QUE EN VEZ DE INDIGNADOSESTAMOS MÁS BIEN RESIGNADOS Y CASI MORIBUNDOS, A VER SI DESPERTAMOS O RESUCITAMOS, Y NOS REBELAMOS DE UNA VEZ... No vivimos una sociedad de bienestar, vivimos una sociedad de precariedad, en la que se van perdiendo nuestros derechos. Somos gente como tu, sinideologias definidas. Preocupados e indignados por el panorama politico, economico y social. Por la corrupción de póliticos y empresarios.Por la indefensión de los ciudadanos de a pié. Todos unidos, podemos cambiar esta situación. ¡¡¡TOMA LA CALLE¡¡¡ Es tu derecho.

lunes, 5 de diciembre de 2011

UN SISTEMA NADA PROPORCIONAL

Es cierto que ningún sistema electoral es ideal, pero al menos deberíamos exigirle una cualidad: la representación parlamentaria tiene que ajustarse a la votación de los ciudadanos. Tenemos que exigirle proporcionalidad de forma que cuando un partido obtiene el 10% de los votos obtenga en torno al 10% de los escaños.


Al respecto de la proporcionalidad, el sistema electoral español es injusto.  El sistema electoral español no consigue una representación justa, como consecuencia del tamaño de las circunscripciones. Así, el primer rasgo que salta a la vista es la desproporción que existe entre los votos que cuesta alcanzar un diputado en las distintas circunscripciones. Mientras en Teruel al PSOE le costó 18,892 votos cada uno de sus dos escaños, en Madrid necesitó 93,452 votos.
A pesar de que la constitución en su artículo 68 habla de criterios de representación proporcional, el tamaño de las circunscripciones introduce un correctivo muy importante a la proporcionalidad del sistema electoral español, convirtiéndolo, de hecho, en mayoritario, porque en las provincias que eligen un número bajo de escaños hace que solamente los dos partidos más importantes alcancen representación. Por este hecho el conjunto de la representación en el parlamento se ve muy distorsionada.


De todas formas, hay que ser muy cautos con estas cifras porque este mecanismo de distorsión se analiza una vez que los votantes han tomado su decisión. Pero este mecanismo es mucho mayor al tener en cuenta el condicionamiento que la propia ley electoral ejerce sobre los electores, porque los induce a anticipar, ellos mismos, el mecanismo de distorsión, acentuando su fuerza. 


Veamos un ejemplo:


Supongamos que un votante tiene como primera opción votar al partido X, pero X parece que es incapaz de conseguir un escaño. En este caso, puede decidirse por un voto "táctico", y vota al partido Y, aunque no lo considera su representante. El motivo para votar a Y es impedir que gane Z, que está más alejado en sus preferencias. Conclusión, un voto de X pasa a Y.


Este trasvase de votos tiene dos consecuencias, la primera política, y la segunda numérica:
1.  El parlamento pierde representatividad, porque el ciudadano que emite un voto “táctico” deja de estar representado plenamente. El partido Y no lo representa.
2. Se produce una concentración del voto en torno a los partidos mayoritarios, lo que refuerza el mecanismo de distorsión.

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