NOS HAN MACHACADO PISOTEADO MALDECIDO MALTRATADO Y DEFRAUDADO YA TANTO, POR TODO EL MUNDO, QUE EN VEZ DE INDIGNADOSESTAMOS MÁS BIEN RESIGNADOS Y CASI MORIBUNDOS, A VER SI DESPERTAMOS O RESUCITAMOS, Y NOS REBELAMOS DE UNA VEZ... No vivimos una sociedad de bienestar, vivimos una sociedad de precariedad, en la que se van perdiendo nuestros derechos. Somos gente como tu, sinideologias definidas. Preocupados e indignados por el panorama politico, economico y social. Por la corrupción de póliticos y empresarios.Por la indefensión de los ciudadanos de a pié. Todos unidos, podemos cambiar esta situación. ¡¡¡TOMA LA CALLE¡¡¡ Es tu derecho.

sábado, 20 de abril de 2013

LA RESPONSABILIDAD DE LA IZQUIERDA

Más allá de los discursos ufanistas de la cúpula chavista, las perspectivas no son nada buenas para los trabajadores venezolanos. La situación de la economía se agrava, el aumento de la deuda pública provoca un rombo en las cuentas y un déficit fiscal del 20%. Poco antes de la internación de Chávez, el gobierno preparaba el anuncio de un paquete de ataques, a fin de enfrentar la crisis. Coyuntura que ya viene produciendo rasguños en el gobierno. 

El desgaste del chavismo se expresó en las elecciones de octubre cuando, a pesar que Chávez ganó con relativo margen, la ventaja del de 54% de los votos contra el 44% del candidato adversario fue la menor desde las elecciones de 1998. Gran parte de los votos del candidato de la derecha, el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, se dio porque muchos trabajadores resolvieron “castigar” a Chávez. 

Sin una alternativa política, que consiguiese identificar, muchos trabajadores que rompían con el chavismo, acabaron dando su voto al representante de la derecha. La misma derecha que destruyó al país en los años 1980 y 1990 y que, alejada del poder, intentó un golpe, en el 2002, contra el gobierno de Chávez.


Ese es el dilema de la izquierda. El gobierno de Chávez cuenta, hoy, con el apoyo de la gran mayoría de la población, sobre todo de los más pobres. Por eso, tal apoyo está ligado a los programas sociales (las “misiones”), asistencialistas, que constituyen fuente de sobrevivencia de millones de personas. Además de no resolver los problemas estructurales del país, tales programas tienden a desaparecer ante el agravamiento de la crisis. 


La gran mayoría de la izquierda socialista, sin embargo, no sólo no se lanzó a la tarea de construir un polo independiente, clasista, sino que se pasó con bolsas y maletas al lado del chavismo, ofreciendo un apoyo casi que incondicional al dirigente bolivariano y a su nacionalismo burgués. Y ahí está el drama para los trabajadores. ¿Cuándo las masas venezolanas hicieron su experiencia con el chavismo, cuál es la alternativa que aparecerá para la clase trabajadora? Ninguna, además del retroceso de la derecha.


El ejemplo de Lula en Brasil, el chavismo va a contramano del clasismo y lanza confusión entre los trabajadores, al afirmar que es posible llegar al socialismo junto con los empresarios. Impide la libre organización de los trabajadores, al reprimir y limitar la actuación de los sindicatos, partidos y movimientos independientes. Trata de hacer creer que el desarrollo de Venezuela no es antagónico a los intereses del imperialismo y sus empresas. 
La única política realmente progresiva, que se puede tener ante esa compleja coyuntura es la lucha por la organización independiente de los trabajadores, denunciando a la derecha neoliberal y proimperialista y explicando pacientemente a las masas venezolanas, el real papel y carácter del chavismo.
Publicado en CORREO INTERNACIONAL

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