
En 1998, el militar de discurso nacionalista, ya amnistiado, lidera un frente de partidos reunidos en el "Movimiento V República" (MVR) y vence en las elecciones presidenciales, poniendo fin a la hegemonía de 40 años de los partidos tradicionales de la derecha. La Venezuela que Chávez asume es un país con una brutal desigualdad social y pobreza y con los políticos desacreditados, después de sucesivos escándalos de corrupción. En el gobierno, Chávez anuncia su “revolución pacífica”, o sea, una política de cambios graduales por dentro del Estado burgués, apoyándose, sobre todo, en su base social, las Fuerzas Armadas.
La nueva constitución, promulgada en el 2000 tuvo, como principal medida, centralizar aún más el poder en las manos del Ejecutivo. Con la ola de revoluciones, que pasó por América Latina, en el cambio de siglo, Chávez fue reorientando el discurso nacionalista a su versión peculiar de socialismo. Si, por un lado, Chávez y su gobierno son productos de la movilización de las masas, sin embargo, por otro, se coloca a la cabeza de ese proceso para institucionalizarlo, desviándolo a una política nacionalista burguesa, autoritaria y que, a pesar del discurso, no rompe con el imperialismo.
CONTINUARÁ EL PROXIMO SABADO
Publicado en CORREO INTERNACIONAL
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